La dieta disociada

Hay mucha información que circula por Internet sobre cómo debemos de alimentarnos. Gran cantidad de ella carece de la autoría de un especialista, así como de su pertinente rigor científico. Mucho cuidado con lo que leemos.

En el tema de hoy queremos arrojar un poco mas de luz y hablaremos sobre las dietas disociadas.

Para aquellos que no sepan de su existencia, son aquellas dietas que exponen unas normas de alimentación basándose en estrictas e inusuales combinaciones de alimentos.

Hasta aquí, puede parecer una dieta que no está muy lejos de lo común, pero si nos paramos a pensar que es lo que exactamente se enuncia en ellas, nos damos cuenta de que ni tiene sentido fisiológico ni evidencias científicas que las respalden.

Fundamentos de la dieta disociada

La dieta disociada se basa en que el sistema digestivo no es capaz de procesar ciertas combinaciones de alimento.

Cada grupo requiere de enzimas, tiempos de absorción y pH distintos. Esto ultimo es correcto.

Según lo antes expuesto, combinar alimentos genera situaciones intermedias que no favorecen a ningún grupo.

Como resultado sufrirás problemas digestivos y acumularas grasa.

Pues bien… esto no es así. A continuación, vais a entender porque no tiene ningún sentido fisiológico con un sencillo y clarificador ejemplo:

De toda la vida, un niño cuando nace se alimenta de la leche materna. La leche materna está compuesta por los tres grupos principales de alimentos: hidratos de carbono en forma de lactosa, proteínas en forma de caseína, lactoalbúmina, lactoferrina (por nombrar algunas) y de grasa. Y qué decir tiene que esta combinación no solo no es dañina para el bebe, sino que contiene todo lo que este necesita para iniciar su desarrollo.

Algunos mandamientos de la dieta disociada

La dieta disociada prohíbe la mezcla de ciertos alimentos en el estomago. Estos son algunas de sus pautas:

  • No mezclar proteína y almidón. Es decir, no comas pollo con patatas, un sándwich de salmón, arroz 3 delicias… y podemos hacer una lista infinita de platos saludables con buena calidad nutricional que estarían prohibidos.
  • Comer la fruta sola. Por lo que nos incitan a no alimentarnos de una manera completa, ya que nuestra dieta mediterránea no contempla realizar una toma solo de fruta (agua, azucares, vitaminas y minerales), faltarían nutrientes.
  • No mezclar frutas acidas con dulces. Lo primero, crean un problema tan absurdo como que las macedonias de frutas son peligrosas, tampoco puedes beber casi ningún zumo multifrutas del mercado y muchas frutas contienen una mezcla de ambas, véase por ejemplo los cítricos.

Os animamos a que visitéis el artículo de la semana pasada “Como combinar los alimentos”. Aprenderéis que mezclar no solo es normal, sino que es indispensable. Algunas combinaciones pueden generar un efecto de complementariedad de nutrientes muy saludable.

PODCAST: Aragón Radio

PROGRAMA: “Escúchate” del martes 20 de febrero de 2018

NUTRICIÓN: La verdad de las dietas disociadas.

LUIS GARCÍA RIOJA

 

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