Errores comunes al querer perder peso

 

Queridos lectores, traemos un tema muy interesante a la vez que practico, todo ello encaminado a las “operaciones bikini”, que para los que no están puestos en la materia, es un periodo del año, suele ser un par de meses antes de la llegada del verano, en el que a gran parte de la población le entra unas prisas enormes por perder peso.

Esta situación desencadena errores, los cuales se dan a consecuencia de la adquisición de conocimientos sacados de falsa ó incompleta información, así como por la ausencia de los mismos.

Vamos a exponer, de manera sencilla, cuales son los principales errores que se cometen cuando deseamos reducir peso corporal.

  • No acudir a un profesional en nutrición humana y dietética.

La mejor manera de perder peso es ponerse en manos de un dietistas-nutricionista que elabore un plan acorde a tus necesidades, controle tus medidas corporales de manera periódica, te eduque y aconseje en la adquisición de hábitos saludables y te motive.

  • Seguir una dieta durante un corto periodo de tiempo y no cambiar los hábitos alimentarios.

Si solo nos ceñimos al plan dietético que nos han confeccionado perderemos peso, pero se corre el riesgo de recuperarlo si la dejamos. Es muy importante aprender a comer y conocer que tiene cada alimento, así como las cantidades a consumir de los mismos.

  • Creer que estar a dieta es tener sensación de hambre.

Estar a dieta no supone pasar hambre en exceso, sino encontrar un equilibrio entre alimentos de tipo energético, plástico y regulador. Cada unos de estos tres tipos aporte determinados nutrientes con actividad fisiológica vital en medibles cantidades. Conocer qué y cuanto contienen nos permite adecuar que alimentos tendremos que consumir, en mayor o menor medida, para cubrir los requerimientos diarios. Con ello podemos obtener como resultado una bajada de peso sin descuidar la salud. En general, se tiende a distribuir de manera controlada los hidratos de carbono a lo largo de las tomas, disminuyendo su presencia en las más cercanas a la hora de dormir, junto a un consumo de grasas esenciales saludables y proteínas de alto valor biológico.

  • Bajar mucho las calorías ó incluso ayunar. Obsesionarse con la rápida pérdida de peso.

Ayunar o comer poco puede ser muy peligroso, estas acciones pueden encaminarnos a la desnutrición. Además, el efecto rebote es fuerte y agresivo, ya que nuestro cuerpo tiende a activar mecanismos de supervivencia mediante regulación hormonal, ejerciendo cambios metabólicos, que dan como resultado la rápida formación de tejido adiposo por dos principales razones: Primero, el cuerpo a perdido masa magra (masa muscular), por lo que el gasto metabólico basal a disminuido, con lo que si volvemos a comer como antes, ganaremos peso rápidamente porque gasta menos calorías. Y segundo, estas hormonas reguladoras favorecen la lipogénesis, creando tejido graso de reserva, por si se vuelve a dar otra situación de escasez, en pos de garantizar la supervivencia.

  • Comprar alimentos poco o nada saludables para el resto del núcleo familiar. No cambiar los hábitos de toda la familia.

Es tan importante incidir en la persona que quiere perder peso como en su ámbito familiar. Es más fácil si todos se comprometen a mejorar sus costumbres culinarias a favor de una correcta alimentación. No comprar alimentos desaconsejados evita las tentaciones, no se come si no se tiene, favoreciendo la adhesión a la dieta.

  • No practicar deporte ni realizar ejercicio físico.

Perder peso supone tener un balance energético negativo. Pasando esta frase a limpio, tenemos que gastar más calorías de las que ingerimos. Es aquí donde la práctica de ejercicio físico cobra parte de la importancia de una eficiente pérdida de peso. Dieta + ejercicio = pérdida de masa grasa y ganancia de masa muscular, esta ultima es metabolicamente activa (consume calorías).

  • Tener la mente cerrada en materia sanitaria y no querer visitar a otros profesionales, por ejemplo, un psicólogo.

La situación de sobrepeso u obesidad, puede tener un fuerte carácter psicológico u hormonal. La ansiedad, a veces, desencadena un consumo compulsivo de alimentos, algunos de ellos altamente desaconsejados. Los desarreglos hormonales pueden suponer un gran impedimento cuando queremos perder peso. El hipotiroidismo es un claro ejemplo.

  • Carecer de fuerza de voluntad y motivación.

Aquel que sigue una dieta y peca es porque es débil de voluntad. La fuerza de voluntad se entrena, a diferencia de la fuerza de los músculos, esta incrementa con el raciocinio, aprendiendo, entendiendo y tomando decisiones a favor de nuestra salud. Esto permite al individuo formarse una idea real de su situación y favorece la motivación para alcanzar sus objetivos.

PODCAST: Aragón Radio

PROGRAMA: “Escúchate” del martes 30 de mayo de 2017

NUTRICIÓN: Errores comunes al querer perder peso.

LUIS GARCÍA RIOJA