Cuidado con las bebidas energéticas

En los últimos años, el mercado ha vivido momentos de auge de determinados tipos de producto.

Las bebidas energéticas son un buen ejemplo de, cómo un producto tras varios años en el mercado, experimenta una fuerte crecida, acto seguido aumenta la oferta y finalmente quedan unas cuantas marcas claramente reconocible por los usuarios y que además tienen su público.

¿A que llamamos bebidas energéticas?

Son bebidas que contienen sustancias estimulantes para el consumidor, con su ingesta se pretende evitar o disminuir la fatiga y el agotamiento.

Están compuestas principalmente por cafeína, azúcar y vitaminas. En muchos casos también contiene taurina, estimulante orgánico.

El producto va dirigido en primera instancia a personas adolescentes y adultos jóvenes sanos  que necesitan, en ocasiones, aumentar su nivel de atención, reacción y rendimiento físico.

Fenómeno social de la bebida energética

Llevan tiempo de moda entre los más jóvenes, las marcas usan como reclamo deportes extremos, de automoción y de aventura. Se tiene conceptualizado que son ideales para todas aquellas actividades que conllevan riesgo.

El verdadero riesgo pueden ser ellas…

En muchos productos podemos observar cantidades altísimas de cafeína y azúcar.

En una lata podemos encontrar la cafeína presente en 2 tazas y media de café expreso y el equivalente a 15 terrones de azúcar.

Ya de por sí, la ingesta de tanta cafeína de golpe puede ser perjudicial para el sistema nervioso para una persona sana, imaginaros lo nocivo que puede ser para cualquier persona con problemas de corazón.

Cóctel explosivo, bebidas energéticas y alcohol

Lo verdaderamente preocupante es la fuerza que han ganado estas bebidas en el ámbito recreativo.

Desde hace ya unos años, muchos jóvenes ven normal mezclarlas con bebidas alcohólicas.

Con esto lo que se pretende es mitigar el efecto del alcohol para poder aumentar las ingestas del mismo, la sensación de embriaguez puede que sea menor, pero la tasa que circula por tu sangre es la misma.

Esto empeora la situación porque incita a abusar más de la ingesta de alcohol.

Además, puede dar comienzo a los siguientes cuadros patológicos:

Euforia desmedida, depresión, deshidratación, trastornos del sueño, arritmias, taquicardias e incluso parada cardiorespiratoria .

El hígado sufre más

Si el alcohol por si solo hace que nuestro hígado sufra y se deteriore, la mezcla con bebida energética empeora la situación de sobrecarga e inhibe la regeneración del órgano por el daño sufrido, agravando el perjuicio a la salud.

Últimos estudios desvelan que el alto consumo de esta mezcla puede llegar a ser tan nocivo como el consumo de cocaína para nuestro cerebro. Al consumir cualquiera de ambas sustancias (cafeína + alcohol ó cocaína) unos indicadores biológicos de referencia muestran similar impacto en la salud del órgano.

PODCAST: Aragón Radio

PROGRAMA: “Escúchate” del martes 2 de octubre de 2018

NUTRICIÓN: Las bebidas estimulantes.

LUIS GARCÍA RIOJA

 

 

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